Día del Orgullo Friki 2007






Talleres de Henna



¡Aviso Importante!

Por cada comentario que escribáis en Sistema Anoat, un dólar será enviado a un niño camboyano sin brazos que está atado por el torso a la pata de un elefante.

Si no reenviais este mensaje, una niña muerta se os aparecerá esta noche mientras dormís, tendréis 15 años de mala suerte, el negro nazi os daá una paliza, os pincharéis con una jeringuilla cuando os sentéis en el cine, el messenger será de pago y no volveréis a probar la tortilla de patatas.

¡Esto no es ninguna broma, es totalmente en serio!

Mike Dohanson (Ohio) no escribió ningún comment y fue atropellado por un camión a la salida de su trabajo.

Louis Lopard (Vancouver) se limitó a entrar en la web y no opinar, y poco después cayó por una boca de alcantarilla mientras paseaba de camino a su casa.

Así­mismo, se dice que Helen Mibna (Sao Paulo, Brasil) fue perseguida varias calles por un chupacabras por quejarse reiteradamente de la falta de actualización de la web.

Gracias por vuestra atención.


Web optimizada para Firefox a 1024 x 768

 

  sábado, abril 30, 2005

Chistecito Monárquico



"La ignorancia es la felicidad" Cifra, The Matrix
Disfrutad del puente :)

  jueves, abril 28, 2005

Momentos Entrañables Bérriz, vol 3

Muy buenas a todos. Hoy es jueves, y como parece que no hay ningún pájaro suelto por casa y tampoco tengo mucho que hacer, tengo el gran honor de presentaros una nueva de entrega de:

(en el coleegio Béerriiz, hay que ser soolidaarios...con la maaano en el corazoon..con ilusión...)
MOMENTOS ENTRAÑABLES BÉRRIZ
Bien bien. Hoy pensaba hablaros de un lugar que todos los ex-bérriz conocemos, un antro que ha marcado nuestras vidas y nos ha enseñado más que nada ni nadie cómo sobrevivir y desenvolvernos en cualquier ambiente hostil. Un lugar donde las tortillas eran líquidas, las jarras contenían patatas y los filetes de merluza eran aplastados debajo de la mesa. Sí amigos, os estoy hablando de El Comedor. ¿Cómo olvidarlo? Sin embargo, me he dado cuenta según escribía de que relatar todos los sucesos y procedimientos para sobrevivir con éxito en El Comedor (ya no digo comer, eso es un lujo que algunos días no podías permitirte) me llevaría mucho tiempo y espacio, y siempre me dejaría algo en el tintero. De modo que voy a contaros los tipos de comida que nos servían esas agradables y siempre dispuestas señoras que ejercían felizmente el oficio de cocinera.
- Yo: "...¿Qué hay de comer?"
-Alegre y afable cocinera: "Puré de verduras y pescado"
- David: "No, decimos de comer"
Esto no es un chiste, es la triste realidad a la que muchos nos enfrentábamos cada mediodía, cuando por fin llegábamos al principio de la cola, apoyábamos la bandeja en el desliza-bandejas y observábamos con asco la bazofia con la que nos obsequiaban como complemento a nuestra deplorable educación escolar. Hasta el extómago más adaptable y conformista a veces no tenía más remedio que comer ese día a base de pan. Esto era así.
Procedo pues a la descripción de tan selectos manjares:
- El Pan: todos los ex-bérriz debemos arrodillarnos y alabar al Pan. Si no fuera por este preciado alimento, muchos de nosotros habríamos muerto por inanición, desnutridos ante el aterrador panorama del primero y del segundo. Gloria al Pan. Recuerdo perfectamente una temporada en la que, en lugar de ir a comer, nos quedábamos jugando al baloncesto en el recreo, y luego íbamos a comer más tarde, cuando había menos gente y a lo mejor habían repuesto el menú por algo rico. Gran error. Cuando llegábamos, tras haber dejado el balón de basket en el "cajón de los balones", contemplábamos con terror no sólo que la comida seguía siendo la misma, sino que había desaparecido todo el Pan de "el baúl metálico del Pan", agotado tras el paso de decenas de niños. Y el Pan nunca, nunca se reponía. Esos días no comíamos. Directamente. Fue una época dura. Por ello todo ex-bérriz debe honrar al Pan, fuente última de alimento, aliento del estudiante y fuente de bocadillos de huevo frito, bacon y patatas.
- Los Primeros: Primera decisión, primera elección. La "selección" de primeros era una de las tareas más desagradables, porque sabías que la probabilidad de que lo que ahí hubiera fuera comestible y cumpliera con los requisitos de salubridad de la UE era escasa. Por ello, lo más normal era que directamente te pasaras por el forro el primero (yo a veces ni lo miraba) para dirigir tu vista al segundo plato, con la esperanza de poder comer algo. De todos es sabido que los "primeros" de los colegios son el trago más duro, es el conjunto de esos platos que de pequeño te obligaban a comer y que de mayor los rechazas con rencor. De los de nuestro sin par Colegio Bérriz yo señalo estos:
- El puré: este era uno de los más odiados. Puedo contar con los dedos de una mano el número de personas que cogían este plato porque les gustara. Recuerdo que a Borch le gustaba, pero ya. El puré del Bérriz conformó nuestra idea de lo que es el puré: una masa de líquido naranja (a veces verde), denso, de molesto olor y con tropezones. Qué asco.
- La paella y sucedáneos: nunca me gustó esta paella. Por defecto, no me gustan las paellas de los comedores, porque están llenos de guisantes, pimiento y cebolla, ingredientes que odio. La paella-fideuá bérriz cumplía con esta máxima. Que sobraba cebolla, venga a echarla a la paella, que así se alimentan. Por no hablar de que siempre, siempre estaba fría (¿a que sí?)
- Los macarrones y sucedáneos: similar a la paella. Los gajos enormes de cebolla dominaban el terreno, invadiendo el espacio a la pasta. Por supuesto, estaban frios, ya fueran espaguetis, macarrones o coditos (estos últimos eran especialmente temibles, porque la cebolla se escondía en el interior del codito). Aun así, solía ser el primer plato que te llevabas de mala gana, aunque luego no te lo comieras.
- Sopas: cuando, aburrido en clase, abrías tu carpeta y leías el menú de hoy, más de uno se preguntó qué coño era eso de "sopa de lluvia". Yo aún me lo pregunto. Las sopas del Bérriz también solían ser el típico primer plato, coloridos nombres para el mismo montón de aguachirri en un plato hondo.
- Los Segundos: Una Nueva Esperanza. Tras la desagradable aunque rápida elección del primer plato (que ya digo que lo normal era no cogerlo), llegaba el turno del segundo. Más que un segundo, era la respuesta a esta pregunta: "¿voy a comer hoy, o dependo del pan?". Todos sabéis que es cierto, si el segundo era bueno, comías. Si no era bueno, te jodías. La solución mayoritaria solía ser una mezcla: no era bueno, pero comías, o por lo menos te lo llevabas a la mesa. Estos son los escogidos, los platos que para siempre marcaron nuestra vida:
- Las Patatas: el eterno acompañamiento se convertía muy habitualmente en la única fuente de sustento de muchos estudiantes, siempre y cuando no estuvieran bañadas en salsa. Muchas veces, el hecho de que las patatas (lo único caliente y crujiente de la comida, y no siempre) cayeran accidentalmente en una salsa, acababa con tu comida. Qué hubiera sido de nosotros sin las patatas, motivo de disputas, negociaciones y treguas en la mesa. Por las patatas los platos del compañero eran saqueados, las traiciones florecían y era necesario armarse con cuchillo y tenedor para que ningún ladronzuelo te robara tu única comida. Gracias al diezmo semanal que le pasabamos David y yo a Adolfo (que comía de tartera), él nos daba pizza de su madre cuando tocaba. Gracias a este feudalismo logré sobrevivir. Sí, las patatas eran oro en un comedor donde muy poco se podía comer.
- Roti de pavo, magro y demás estofados: ¿qué cojones era eso de roti? Aquí englobo ese plato formado por carne chiclosa, seca y en forma de bolas acompañado de patatas, que eran inmediantamente anuladas por la abundante salsa marrón del plato. Esta salsa era un comodín para este tipo de platos, y siempre te acababan jodiendo las patatas.
- Filetes: aquí la calidad variaba. Lo mejor de estos platos eran siempre las patatas, algunas veces calientes y crujientes. Cuando el filete era en plan escalope solía convertirse en tu comida, aunque por algún extraño motivo cuando lo pinchabas echaba burbujillas. Si era del tipo suela de zapato, era difícil de tragar. Tanto si era de un tipo como de otro, solia terminar en el fondo de la jarra de agua.
- Filete ruso y hamburguesa: la creme de la crem del segundo plato. Cuando llegabas y veías que había filete ruso, se te había arreglado el día, sabías que ibas a comer. La hamburguesa (y sobre todo el filete ruso) servía de relleno exquisito para minibocadillos. Anda que no estaba bueno, aunque nunca entendí por qué estaba relleno de perejil.
- Tortilla: la tortilla del Bérriz se convirtió desde sus inicios en la pesadilla de los niños problemáticos y en motivo de arcadas para todos. Un pedazo de tortilla de patatas prácticamente líquida, con la que las vigilantes del Comedor torturaban a los niños para que se la comieran. Sólo de pensar cómo era ese aborto de tortilla se me revuelve el estómago. Siempre acababa en el mismo sitio: el suelo. Los más valientes la enviaban a La Barra (véase El Pescado)
- El Pescado: sin duda , el plato más temido. Durante mis últimos años de ESO, el pescado (más conocido como el putopescao) se convirtió en nuestra némesis, el enemigo a batir. Podía adquirir forma de barritas (blandurrias y de un contenido líquido), pero todos recordamos su formato tradicional: el del filete, junto a su sobre de mayonesa. Hay que reconocer que con la mayonesa el pescao ganaba algunos enteros. Incluso había gente que lo defendía tímidamente. Pero el destino del pescado estaba escrito. Un producto tan odiado y de tan ínfima calidad no podía acabar bien. Cada viernes (sin excepción) sabías que tenías pescado, por el rollo ese de la cuaresma (al menos, yo siempre he creido que era por eso, porque si no de qué lo iban a poner). Eso implicaba que si no te gustaba "el pescao" (lo más normal), pues no comías el viernes. Esto fue su perdición. Todo empezó con no comerlo, pero, con el paso del tiempo, y animados por nuestro odio hacia él, descubrimos un nuevo destino final para nuestro amigo el pescado...La Barra. Esa barra que rodeaba la parte baja de las mesas se convirtió en la última parada del pescado. Primero mirabas a tu alrededor, con disimulo. Luego ponías la mente en blanco, cogías el pescado y lo empotrabas contra la barra, mientras gritabas "¡a la barra!", o algo así. Pronto La Barra se convirtió en un arte. A veces, debido a la maestría alcanzada en esta disciplina, el pescao tardaba en caer de La Barra al suelo, e incluso a veces se quedaba ahí. Cuántas veces hemos tenido una desagradable sorpresa al utilizar la Barra y descubrir que ya ha sido ocupada.
- Las albóndigas: tengo que decir que a mí me encantaban las albóndigas. En serio, me chiflaban. Hasta que Adolfo empezó a decir que la salsilla blanca que se acomodaba en ellas eran producto de Fabián. Desde entonces, no pude volver a probarlas. Daniel Bailer.
- Los canelones: sin duda, mi comida favorita del Bérriz. Ponían muy pocas veces, pero cuando los ponían yo era feliz. Detrás de un aspecto verdaderamente vomitivo (jamás querré saber qué tipo de carne era esa), se escondían unos canelones buenísimos, con tomatito y una salsa un tanto sospechosa. Qué buenos estaban . Además las cocineras solían dejarte repetir, quizá emocionadas por el hecho de que estás comiendo, te gusta y quieres más.
- Los Postres: el postre muchas veces era inexistente, aunque otras te salvaba la comida. ¿Que no queda pan? Pues una pera, y hasta la cena, con dos cojones.
Dada la escasez de postres, se establece una clara división:
-La fruta: el 90% de las veces, el postre era fruta. Una pera, una manzana o un plátano. La pera era la favorita, sobre todo para acabar mutilada o arrojada a la jarra. Y es que la pera era el producto que más se encontraba en esas jarras, llenas de escupitajos, carne y fruta. Ibas a por una jarra, y tenías que regresar derrotado mientras decías a tus compañeros, "no, hay una pera" Esta es una de esas cosas que, pese a ser entrañables, no echas de menos en la Facultad. La continua mancillación de la jarra de agua originó una atroz sequía, al haber sido profanadas todas las jarras de agua del comedor.
- Las Natillas: las natillas generaban una sensación similar a la que sienten los ratones con el queso, las abejas con la Nocilla y Pocholo con la farlopa. La gente se volvía loca. Había pregoneros en la cola, "¡hay natillas, hay natillas!¡Hossana en el cielo!" La gente cogía natillas en masa, y las devoraba con sumo placer. Y la galleta de las natillas era aún más deseada. Todas las humillaciones alimenticias eran compensadas cuando hundías esa galleta en las natillas. He llegado a ver gente con unas natillas con hasta cuatro galletas, de gente que no quería o quería ver el espectáculo. Las natillas eran la alegría del comedor.
En ocasiones, para descubrir qué te podías encontrar en el comedor, antes de ir a él, había un sistema. Consistía en ir a los baños de antes del recreo, esos que estaban antes de llegar a las escaleras que te llevan al comedor, e ir a mear. Muchas veces, en el baño te encontrabas la comida de ese día. El filete era el alimento más encontrado en estos meaderos, junto con la pera. Con este sistema, no había sorpresas.
Hay que señalar también que los días de fiesta la comida cambiaba a algo no solo normal, sino bastante bueno. Días de fiesta se traduce por último día de clase del trimestre o del curso, en plan tomad comida buena cabrones, luego no os quejéis. En esta comida abundaban los canelones, había langostinos, los filetes rusos llevaban más ketchup y el postre era o helado o torrijas. Por supuesto, si era el primer trimestre habían polvorones, mantecados´, mucho mazapán y algo de turrón.
No puedo dejarme en el olvido una suprema injusticia, que he de hacer pública en este nuestro blog: mientras nosotros comíamos esta bazofia, los profesores tenían comida buena. Cuando nos quejábamos, ellos decían que es que su comida era sin sal (¿?) Recientemente, nuestro reportero de investigación se infiltró en sus filas y descubrió la verdad, lo que todos sospechábamos: la comida de los profesores es buena, distinta a la de los alumnos, y si dices que eres profesor te dan comida buena. El Despotismo Ilustrado, vamos.
Con esto termina el Momento Entrañable Bérriz. No veáis qué bien me lo paso haciendo estas cosas. La Memoria del Bérriz no debe ser olvidada. Recordad, el próximo jueves, aquí.
No quiero despedirme sin decir que la Convención Star Wars del Carralero fue genial. He ido hoy al fotoprix a revelar las fotos, pero con todo el rollo este del puente, dicen que estarán el miércoles, así que el jueves como tarde pondré una crónica de tan maravilloso acontecimiento, llena de fotos. Como adelanto, conseguí la firma de Boba Fett :D
Nos vemos en la Red.

  lunes, abril 25, 2005

Martes Galáctico

Hola a todos. No diréis que el otro día no me maté a escribir ¿eh? Después de meditar vuestras opiniones, me inclino a pensar que el allanamiento de morada ornitológico del pasado día se debío a un mirlo, no a un cuervo. Sin embargo, no dudéis de que se trataba de un mirlo cabrón que puso mi casa patas arriba. También quiero agradecer vuestra espera y apoyo a los Momentos Entrañables Bérriz. Vuestro fervor me sobrecoge, ya sabéis que este jueves (si los animales quieren), habrá otro.
Hoy estoy radiante de alegría. ¿Que por qué? Pues por esto:






¡Sí amigos, a partir de mañana el Toys'r'us del Carralero va a acoger una espectacular exposición Star Wars, con dioramas y escenarios de las películas, prototipos del Episodio 3 y naves y personajes en escala real! Me emociono con pensar semejante panorama tan cerca de mi casa. La muestra dura un mes, pero, si habéis leído bien la información, entenderéis por qué me interesa especialmente ir mañana. A partir de las 19:00, estará firmando autógrafos (espero que gratis, que esto no es Sitges) una auténtica vaca sagrada del universo Star Wars, Jeremy Bulloch. Bulloch es un actor no muy relevante en el panorama cinematográfico, y no es muy conocido por los cinéfilos, pero para todos los fans de Star Wars, Jeremy Bulloch es todo un icono desde que interpretó en la trilogía clásica a uno de los personajes más queridos por todos, el temible cazarrecompensas Boba Fett.


No somos dignos, somos gusanos...

Efectivamente, Boba Fett, el auténtico, va a estar mañana en Majadahonda. Una ocasión única que , si las cosas no se tuercen, no pienso perderme. No sé si conseguiré un autógrafo, pero lo que está claro es que pienso llevarme la cámara, o sea que aprovecharé la visita. Además, si vas disfrazado, te regalan una figura del Episodio 3. Como tiene que ser disfraz completo, supongo que iré con el casco de Vader, una camiseta negra, una capa de vampiro sacada del pasado Halloween y el sable de luz de Anakin. Un popurrí que puede dar resultado.
La exposición tiene una pinta estupenda, y seguro que disfruto como un enano rodeado de tanta parafernalia galáctica. Al parecer, el valor estimado de todo lo expuesto (que incluye un Halcón Milenario a escala y un Han Solo en carbonita también a tamaño real), ronda los 60.000 euros.
En fin, cuando vuelva de tan maravilloso evento y escanee algunas fotos las pondré aquí.
Que la Fuerza os acompañe.

  sábado, abril 23, 2005

El Cuervo (The Crow)

Hola a todos. A continuación os voy a relatar la estremecedora historia de lo que me pasó anteayer por la noche. Un hecho que me impidió crear el Momento Entrañable Bérriz, me hizo perderme la película del Plus y me hizo perder casi dos horas de mi vida (más o menos como cuando fui al cine a ver El Bosque, la de Chayamalan, no veas tú si es malan). Es una historia donde la angustia, el surrealismo y el gusto por la desgracia ajena se juntan. Esto fue lo que sucedió.
Estaba yo enfrente de mi ordenador, pensando sobre qué escribir en el blog. Estaba feliz y contento, porque, al estar mi padre de viaje, el Digital + ya no está monopolizado, y pensaba ver 28 días después a las 10 y media, y después un documental muy chulo sobre cataclismos que le podían pasar a la Tierra en unos cuantos años (seguro que incluyeron Garfield 2). Bueno, pues mi madre abre la puerta y me dice que se va al Coro, a ensayar, y que en la chimenea del salón hay un pájaro atrapado, piando y revoloteando, que no nos asustemos. Esto apsa mucho en mi casa. Los pájaros hacen un nido, se cae dentro de la chimenea, y se quedan atrapados hasta que mueren. Luego mi padre los saca. Sí, ya sé que es un drama, a mí me da mucha pena. Mi madre se va, y pasado un rato sube mi hermano diciendo que hay un pájaro revoloteando por la casa. Recuerdo las palabras de mi madre:"si el pájaro llegara a salir, la que armaría rompería toda la casa" Bajamos las escaleras hasta el piso más bajo de mi casa, con un poco de miedo por si el pájaro aparece de repente y nos pica un ojo. Entro en el salón de abajo. No me hizo falta ni encender la luz. Al fondo, escondido debajo de un taburete, había algo enorme que se movía. Enciendo la luz, y veo a un peaaso de cuervo, totalmente negro y con un pico amarillo como un pulgar de grande. Abrimos la puerta para que salga, pero no sale. En vez de eso, empieza a revolotear, haciendo ese ruido insoportable de aleteo, que juntado al miedo de que el bicho te saque un ojo, te pone de los nervios. El tío empieza a volar, y a posarse en dos puntos clave de la estancia:
- Las fuentes de luz
- Las cosas delicadas, frágiles y caras. Si son de gran valor sentimental, bonus. Ahí que iba el puto cuervo. Tenéis que ver lnuestras caras y nuestro gritos cuando el cabrón de él se posaba en la típica figura regalo de un familiar querido, o en el souvenir de algún país exótico. Era más o menos como en las películas, hablándole con calma para que no se exalte mucho, pero con firmeza para que se mueva a otra parte, con una gota de sudor fría en la frente. Este patrón de acción puto cuervo-reacción sufridos Peinado se repitió en todos las estancias donde estuvo. El cuervo empieza a volar hacia nosotros. Tensión. Miedo. Nos agachamos y nos cubrimos la cabeza, y el tío hace un vuelo sin escalas al cuarto de mis padres, en lo más alto de la casa. Cualquiera que hubiera visto a dos personas siguiendo a un cuervo durante tres pisos de escalones gritándole que no rompa nada, se hubiera descojonado. Cuarto de mis padres. Lleno de figuras frágiles, de porcelana, con cuadros y toda la pesca. Se mascaba la tragedia. Abrimos la ventana para que salga, pero el bicho no salía. Había pasado casi una hora, y aún teníamos miedo de que el cuervo se pusiera agresivo. Se posa en la estantería de las figuritas de mi madre. Qué coño, se posa en las figuritas. Terror. Logramos que vuele a otro lado, la figurita se tambalea. Decido salvar lo que pueda, coger los cuadros de la boda, las figuritas frágiles y llevarlas a otro cuarto. Entre que hago esto, el cabrón se mete en el baño, y empieza volar por las estanterías, donde tira todos los frascos y rompe un recipiente (que luego me enteré que era de los 20 duros, menos mal). De ahí va a la cama. Se caga. Empiezo a berrear y cagarme en su puta madre. Mi hermano también. Se mete detrás de la cama, hasta que sale y baja hasta mi habitación. Me cago en la Madre Naturaleza y en sus bellas criaturas. Cualquiera que haya estado en mi cuarto, sabrá que es casi como un museo, y que odio que se me desordenen las cosas. Está lleno de chorraditas donde un pájaro se puede posar. Pero no, el pajarito tenía que posarse en la foto Star Wars de Florida, con el cariño que la tengo. Vuela hasta otra parte, tirando la foto encima de la cama, cagándose en la estantería, y tirando las miniaturas al suelo. Al ver la foto caer, me invadió la ira. ¿Dónde está el pájaro? Posado junto al Anubis que me compré en Egipto. Será que en mi cuarto no hay estanterías ni figuras. Cojo el Anubis y me lo llevo a otro cuarto. Vuela a ese cuarto. Se posa en un supercuadro cuya caída provocaría unn cataclismo. Vuelve al cuarto de mis padres. Subimos, cansados y sudorosos. Después de unos 15 minutos de perseguirlo, tuve una idea. Coger una papelera, encerrarlo y sacarlo por el balcón de mis padres. Después de casi hora y media, ya le habíamos perdido el respeto, y sabíamos que no nos iba a atacar. Después de varios intentos fallidos, lo atrapo. Arrastro la papelera hasta el balcón, y veo que le salen unas plumas por debajo. Doy marcha atrás, para no pillarle y continúo. Se caga mientras lo arrastro. Algo asqueroso, de verdad. Como entre el balcón y la habitación hay un tope en el suelo, la única solución era lanzar la papelera fuera y cerrar rápidamente la ventana. Suena al teléfono. Le cuento al Zorrino mi odisea, y cada cierto tiempo le digo a mi hermano que de golpecitos a la papelera, a ver si el pájaro sigue vivo. Le da golpes. No se oye nada. Risas nerviosas. Finalmente, ejecutamos el plan, pero antes de cerrar la ventana, el cuervo (the crow) volvió a entrar. Grito de rabia y pienso seriamente en lisiarle. De un momento a otro mi madre iba a llegar a casa. Le doy toallazos para dejarle atontado y poder atraparle otrar vez. Así lo hago, y vuelvo a atraparle. Volvemos a ejecutar el plan, y lo logramos. El cuervo queda fuera, sale de la papelera, y se va volando hacia su libertad. Gritos de alegría. Ordenamos el cuarto de mis padres, limpiamos las cagadas y hacemos balance de daños.En ese momento llega mi madre y le contamos lo sucedido. Habían pasado casi dos horas. No había cenado. No vi la película. Estuve dos horas persiguiendo a un bicho monstruoso. Como daño adicional, antes de que mi hermano lo descubriera entró en la salita de los souvenirs, y rompió una cosilla de madera. Si vierais la cantidad de cosas que hay ahí, y lo juntas que están unas de otras, diríais que es un milagro que no pasara nada más.
Esta laaarga historia tiene varias conclusiones:
1. Un pájaro suelto en casa es una putada.
2. Pude haber dejado al pájaro morir en la papelera, o directamente matarlo a golpes. Pero no quería matarlo, quería que se fuera, lo cual indica que no soy tan cabrito como yo creía.
3. Este pájaro es Rambo. ¿Cómo pudo escapar de la chimenea y tener fuerzas para dar tanta guerra? Eso sí que es aferrarse a la vida.
Así que llevad cuidado con las chimeneas, porque vosotros podrías ser los siguientes.

  viernes, abril 22, 2005

Momentos Entrañables Bérriz, vol 2

Ante la avalancha de reprimendas y cartas bomba que he recibido por no cumplir con mi deber de recordar hazañas berricenses el pasado jueves, os pido perdón. Después de este post escribiré otro en el que relataré el porqué no pude hacerlo ayer. Una historia llena de drama, suspense y plumas. No os la perdáis.
Pero, por fin, la espera ha terminado. Aquí está, con todos vosotros, una vez más..

(Himno del Colegio Bérriz: En el colegio Beeriiz, hay que ser soliidaarioos...con la maano en eel corazoon...con ilusión...)
MOMENTOS ENTRAÑABLES BÉRRIZ
Como ya comenté el sábado pasado, la Raja (the Reich) es una fuente inagotable de inspiración. Tan sólo Rosa se le acerca. Uno de los escenarios donde este personaje desplegaba sus dotes era en el salón de actos (que un día recibirá post especial). Conservamos muchos recuerdos de ese salón de actos: los sillones rotos, las bolillas de pegamento-mierda que se desprendía del asiento de delante, y que servían de entretenimiento en los momentos de mayor aburrimiento, los cuerpo a tierra de Palacios, los vídeos, etc. Pero hay un fenómeno berricense (y esto sí que es exclusivo berricense) exclusivo de este salón de actos. Una experiencia en la que los alumnos debíamos dejar la mente en blanco y concentrarnos...para no descojonarnos de risa. Sólo en el salón de actos del Bérriz te puedes encontrar a Jesús paseando por un mercado. Estoy hablando, por supuesto, de las RELAJACIONES.
Las relajaciones Bérriz se acabaron conviertiendo en algo cotidiano para nosotros, ingenuos preadolescentes. Pero no nos engañemos. Esto era más parecido a una secta que a un colegio. Para los no iniciados (y para los que quieran recordar), aquí os detallo el procedimiento:
Desde finales de la ESO y a comienzos de Bachillerato, los alumnos el Colegio Bérriz fueron sometidos a una serie de experimentos de control mental en un salón de actos. A puerta cerrada, y sin que nadie más lo supiera, la Raja (ah, pero fuera) nos informaba de que hoy tocaba relajación. El primer día nos quedamos todos un poco a cuadros. Una mitad de la clase se descojonaba (vamoos), la otra tenía miedo. La Raja se iba al radiocassete del salón de actos, y colcoaba una cinta. A saber de dónde coño sacaba esas cintas. Esto me lleva a preguntarme: ¿hubo más gente aparte de nosotros, en otros colegios, que escuchara estas cintas?¿Quizá alguna secta? Bueno, pues estábamos todos sentados, cada uno en nuestro asiento, y la tía daba al play.
-Ah, bueno, pues ahora vais a cerrar los ojos, y os vais a relajar.
Risas.
-No os riais que es un ejercicio muy bonito y espiritual.
Muchas más risas.
No recuerdo cuál fue la primera cinta de relajación que nos puso, pero todas seguían un mismo patrón. He de recordar que la asignatura objetivo de estas prácticas era Ética (no sé si también en Religión y Filosofía, seguramente).
Sonaba una musiquilla ridícula y que inevitablemente te llevaba al cachondeo y al comentario fácil. Si habéis tenido alguna asignatura como Cultura Clásica, Griego o algo así, y os han puesto un vídeo sobre la vida de los antiguos griegos en la polis, sabreís de qué banda sonora hablo. Si la musiquilla en sí no bastaba para hacer cualquier cosa menos relajarte, lo más socorrido era abrir los ojos y mirar la cara de capullos que tenía el resto, con los ojos cerrados e intentando entrar en otro plano astral (esta gente eran a los sumo 5 o 6 personas). Entonces, sonaba la voz. Un tío, con una voz inquietante, nos decía lo que había que hacer. Esto suena fuerte, pero era así. Con respecto a lo que ste pabo soltaba, divido las relajaciones en varias categorías:
- Las de "Convierte tu cuerpo en un amasijo inservible"": Teóricamente, el objetivo de estas prácticas era relajar cuerpo y mente. Pero realmente, era un método para dejarte el cuerpo paralizado, para que la sangre no te fluyera ni a las extremidades ni a la cabeza, para así, cuando sonara la campana, dejarte a merced de la clase siguiente. Pero la Raja no contaba con que a nosotros nos la sudaba, y no hacíamos ni puñetero caso a lo que os decía el sujeto este.
Empezaba con cosas como "te encuentras muyyy bien, muyyyy relajado (musiquilla rallante y sistemática). Ahoora, vas a relajar tus piernas. Relaaja las piernas. Las pieernas. (por el sector más radical ya se oían carcajadas). Ahoora, los brazos. Cóoomo te pessan los braaazos. Te preguntabas que cóño hacías ahí, en el salón de actos, rodeado de gente igual que tú.
- Las de respirar: Eran parecidas a las de antes, pero se centraban más en lograr agotar el oxígeno de la sala. "Ahora vas a inspirar muy fueeerte. Inspiiira. Expiiira. Inspiraa. Expiiira. Muy bieeen". Si la clase hubiera durado media hora más, el dióxido de carbono nos hubiera matado. ¿Sería ese el verdadero objetivo? Sería un plan perfecto, la Raja se hubiera librado de nosotros de una forma limpia y no incriminatoria.
-El Mercado: La Madre de todas las Relajaciones. No importa cuántas veces la hubiérmaos escuchado. Era como el Comodín de la Raja. En los 3 años de relajaciones, habremos escuchado el Mercado más de diez veces. Cuando empezábamos a oirla, los más veteranos ya se reían, o lo comentaban con el de al lado, porque ya habían identificado el característico modus operandi del Mercado. Consistía en lo siguiente. Tú ibas andando por un mercado. Así, porque sí. No preguntes por qué, estás y punto. Estás andando, respirando los aromas y sintiendo todo lo que te rodea. Y de repente, te encuentras con Jesús. Voy a repetirlo de nuevo, porque es bastante duro. TE ENCUENTRAS CON JESÚS. No con tu prima, ni con la Pantoja, ni siquiera con Beckham. No. Tú vas, con tus dos cojones, y te encuentras con Jesús. Imagináos la coña del primer día (y de los siguientes, qué narices). "¡Qué pasa Jesús!¡Cómo andamos!" "¡Te invito a unas cañas!" "¡Hay que ver cómo se pone esto los fines de semana ¿eh?" "Pues yo utilizo Diplomacia, y le digo que me deje pasar"
Totalmente Bérriz. A partir de ahí, la cosa se desmadraba tanto que ya no recuerdo qué pasaba con Jesús. Me parece que te concedía tres deseos o algo así. En serio, es el recuerdo que tengo. La verdad es que era la única relajación que me gustaba. Todo el mundo asociaba "ah, pero bajad al salón de actos, que hay relajación" con el mercado. Ya había expectación, un prepartido al mercado:"¿tú crees que pondrá el mercado?""Puff, no sé, ya la ha puesto muchas veces...no sé yo" Luego ahí metidos, cuando la habíamos oído más de 3 veces al pasado año, soltaba el tío, "vas por un mercado. Qué bieeen huele todo. Los pajarillos caaantan. Las nubes se levantannn. Y de repente, os parece ver a alguien. Veis una figura... "Seguro que es Jesús!!" "¿A que va a ser Jesús" Carcajadas generales. Un cachondeo.
Para alguien que no haya ido al Bérriz, esto lo parecerá propio de una secta. Yo fui al Bérriz, y también me lo parece. Pero era entrañable. A la gente ya no le sorprendía bajar a ese salón lleno de chinches para "relajarnos". Algunos, incluso, se lo tomaban en serio y todo. Todo sea por subir nota, hombre, que me vea la tía esta que estoy en la dimensión negativa. No voy a decir nombres pero a todos os vendrá un nombre a la cabeza. Con su ceño fruncido, sus morros apretados y con una expresión de concentración que no tenías más opción que reirte. La cosa está en que esto lo hacía la Raja porque le daba la gana. En ningún momento se lo pedimos (salvo cuando no queríamos dar clase, pero eso es una estratagema, no ganas de hacerlo). Y la tía era consciente de que nos la tocaba, que no movíamos ni un dedo por relajarnos, que para nosotros era una forma más de perder el tiempo. Pero ella seguía en sus trece, "que no, venga, que esto es muy bueno para tu paz interior". Antes muerta que ceder a nuestra indiferencia.
Sí amigos, las relajaciones es una de esas cosas que nos han formado como personas, que nos identifican como ciudadanos Bérriz en el mundo. Una de esas gilipolleces que echas de menos en la Facultad, una Facultad en la que no hay ni Raja, ni Rosachu, ni Adela, ni Fabián. Por ello, ya sabéis que cada jueves (si me retraso no me linchéis, estará el viernes) tenéis una cita con el recuerdo en Momentos Entrañables Bérriz.

"O sea, sois unos salvajes, pasad a ver si os apaciguáis" (Isabel, la Raja)

  miércoles, abril 20, 2005

Habemus Papam



Que no, hombre, que ser Presidente del Gobierno ya da bastante trabajo :D
Pues eso, que seguro que si el Papa fuera éste, la Iglesia sería más divertida. Cuando saliera al balcón habría risas de fondo, los cardenales fingirían no conocerle, etc. Y puede que no le disgustara el uso del preservativo.
Y además...¡HABEMUS ENTRADAS! ¡Viva! Primera sesión del primer día :)
Me ha comentado Jorge que ha leído en el Qué! que va a haber una super exposición Star Wars en el Toys'R'us del Carralero el martes que viene, pero que no viene el nombre de tal evento. ¿ Divagaciones de periodismo sensacionalista, o grata sorpresa? Habrá que investigar.
Mañana, segunda entrega de Momentos Entrañables Bérriz, y pasado, el lado más friki del Papa que se nos ha ido (no es ofensivo, aviso)
Taluego.

  martes, abril 19, 2005

Microfilms Reloaded

Hola a todos. Cómo me lo pasé haciendo los Momentos Entrañables Bérriz, ya tengo ganas de que sea jueves para hacer el siguiente. Hace no mucho (no sé ahora qué día), volví a la Biblioteca Nacional, a resolver el asunto de los microfilms. Como sabréis eso de "Biblioteca Nacional" es una tapadera, realmente es un búnker lleno de información clasificada, donde guardan al marciano de Roswell. Porque si no ya me diréis por qué te registran a cada paso que des, en cada sala que entras y te requisan elementos tan peligrosos como una carpeta o unos folios. Después de meter prácticamente todo en las taquillas (me metí el boli en el bolsillo, a ver si se pensaban que era un bic explosivo), pasé sus controles de calidad y pude entrar a la sala de microfilms, donde imprimí 10 portadas de la Vanguardia. Tenía que haber imprimido 11, porque ya hice 10 el otro día y en el trabajo piden 21, pero no pude. No pude porque son tan mafiosos y tan ruines que para fotocopiar hay que comprar "tarjetas de fotocopia". Según el número de fotocopias, más alto el precio. Las hay de 5, de 10 y de 20. No son los listos los cabrones. Yo pensé que no había nada más ridículo que los futbolines del Heron City, que funcionan con tarjeta (es cierto), pero esto me tocó las narices. Tienes que ir a una máquina y comprarla, si no tienes el dinero justo, tienes que irte abajo del todo otra vez e ir a reprografía (atravesando el control de calidad, en el que policías y vigilantes te miran por si has robado algo) y pagar. Hice lo que cualquiera de vosotros habría hecho, preguntar si se podía comprar sólo 1 fotocopia. La respuesta fue no. Además, me llevé el dinero justo para la tarjeta de 10 (como la de 20 vale casi 4 euros, pues claro, no tenía más suelto). Por suerte, se me ocurrió que podía comprar un ejemplar de la Vanguardia de este año, y así ya tengo los 21. La Biblioteca no pudo conmigo.
Antes de eso había quedado en Colón con un completo desconocido para realizar una transacción de Ebay. Después de esquivarnos continuamente (estuve huyendo de él, porque no sabía que era él, y me miraba como fijamente y con una sonrisa), todo salío bien y sin ningún problema. ¡Ya soy ebayer!
Hablando de Ebay, ya sé quién eres, posteador anónimo. Lo supe desde el principio, pero la única foto digital que tengo tuya es de las fiestas, y es bastante cómica. Mejor espero a escanear alguna más decente y la pongo.
Bueno, a cuidarse.

Ya sólo queda un mes

  sábado, abril 16, 2005

Momentos Entrañables Bérriz

Hola a todos. Mi pupila ya ha vuelto a un tamaño normal, al menos casi completamente, por lo que ya estoy en condiciones de retomar la web.
Muchos sois los que lo esperabais (concretamente 2), pero por fin, contra viento y marea, por fin llega la primera entrega de....

(musiquilla del No-Do)

MOMENTOS ENTRAÑABLES BÉRRIZ
[Una iniciativa promovida por Miguel y financiada por el Alto Comisionado de las Víctimas de la Raja, Rosa y Adela]
Podría decir que si no has estado en el Bérriz no has exprimido todas las posibilidades que hay en la vida de hacer el gilipollas y salir indemne con vistas a estudios universitarios. O que ningún instituto de mala muerte puede compararse a la fauna que pueblan esos muros blancos llenos de cal y mugre.
Diré sólo que haber estado en el Bérriz es algo que no se olvida, y que estudiar ahí es como coger un autobús en Palestina. Una aventura.
Como hay millones, pero millones de anécdotas de diversas clases, diversos grupos e incluso diversas generaciones (un día dedicaré este espacio a los repetidores, esos eternos supervivientes que nos maravillan con su experiencia), me resulta complicadísimo elegir alguna, pero como Internet no parece que se vaya a extinguir mañana, no hay prisa. Creo que estamos de acuerdo en que las mayores fuentes de cachondeo del Bérriz eran dos: Rosa y la Raja. Vaya par.
Creo que todos los que tuvimos la suerte de estar en bachillerato recordamos las clases de filosofía que nos dio. Como hay gente que no sabe quien es la Raja (una pena), haré un breve descripción. Era una vieja que tenía una especia de Falla de San Andrés debajo de la nariz, que no tenía ni idea de lo que hablaba y que actuaba continuamente como una superpija de la muerte. Un cuadro.
Se me ocurre ahora la forma en que dio clase de 1º de bachillerato de Filosofía (o Ética, yo que sé). Todos los tíos (o sea, un grupúsculo de sátiros cabrones que no paraban de tocarse los cojones) estábamos todos en la última fila, atrás del todo, mientras que las tías ocupaban el resto de la clase, siguiendo este patrón: cuanto más estudiosas, más volcadas a la primera fila. Nos pasábamos toda la clase haciendo el imbécil, distribuyendo gallifantes a la gilipollez más gorda, creando gráficas de rendimiento, dibujando wadis y muchas cosas más. La Raja no podía con su alma. Si la oyerais hablar, hubiérais hecho lo mismo. Pues bien, como nos odiaba, y con razón, el esquema de una clase corriente era este.
-Aaah, (tonillo pijo indescriptible), bueno, pues vamos a leer la página 42, "por qué la ética guía nuestra vida".
(risitas, apatía, cansancio, miradas a la ventana, gritos de "cerda, calva", etc. )
-... Ruth, lee (digo Ruth como puede ser cualquier otra, pero el recuerdo que tengo es este)
-"La ética es noseque nosecuanto.....porque hay que ser bueno para que no te metan un palo porblablabla.......y fin.
-Linaza, explica.
Obviamente, Linaza, que hábía estado todo el rato hablando con todos, no estaba para este cambio de ritmo.
-Ehh....¡joder Isabel, siempre me preguntas a mi!...
-Nada, un cero (cero a la libreta)
Por si alguien se ha perdido, os resumo el esquema. La tía manda leer a alguien que sabe que no se le va a subir a las barbas, alguien aplicado y que no se dedica a putearla día sí dia también. Más sencillo, una tía.
En cuanto la tía en cuestión ya ha leído el texto (o incluso a mitad de texto, en un alarde de retorcimiento berricense), la Raja, Rajoy, la Falla, a tantos nombres responde, fijaba su atención en la fila de atrás, donde estábamos todos riendo, haciendo deberes de otra asignatura (un clásico que ya existía, pero que nosotros institucionalizamos como deporte nacional) y generalmente tocándonos las narices y decía "linaza, continúa" o "calzada, explíca lo que se acaba de leer" o "peinado, resume". A esas alturas, en un primero de bachillerato, habiendo cursado tres años con la Raja, es que ya ni te esfuerzas en ser serio, en preocuparte por el cero o en temer las represalias. Adela ya no nos daba clase, y Félix Andrés, nuestra máxima figura autoritaria, fue seducido por el Reverso Tenbroso en algún momento entre ESO y Bachillerato, y sucumbió a la corrupción. No había autoridad. Es que te reías de la situación, intentabas decir de qué iba el texto, vale, pero te descojonabas. "Ah, pues cero"
El día culminante fue cuando ya no sabía quién era el máximo instigador (el "cabecilla", como decía ella), y directamente dijo esto.
-"Un cero a toda la fila de atrás"
Imagináos las risas. Muchos no lo imagináis porque tuvisteis la suerte de vivirlo en vuestras propias carnes. Qué bueno. Esa libreta de ceros seguro que tenía ampliaciones, o un memory pack o algo, porque a los tres días debía estar repleta.
Podría estar hablando eternamente de la Raja, pero para terminar hablaré de cierto día mítico (a lo mejor fueron varios, eso da igual) en el que nos dio las notas de un examen de viva voz.
Imginaos, la tía va "Menganito, un 8", "Fulanito, 6" y así, y de repente suelta "David Sanz, tachones" y sigue adelante. Tenéis que ver la escena de la tía soltando notas y David de fondo "¡pero qué son tachones!¿qué es tachones?¿qué he sacado?¿hola?" Unas risas de cuidao. Pero vamos, el sumum fue ya cuando dice "Carlos Linaza...(se queda mirándolo fijamente, como diciendo, atiende lo que te digo, porque es serio y no estoy de broma)...CERO
El tío va, que estaba en segundo fila, se medio levanta, hincha el pecho y dice con orgullo: "¡Vamoooooossssss!" mientras mueve las manos y se gira hacia toda la clase, alentando a las masas. Tremendo, aún me río al pensarlo.
Menudo post que me ha salido. Bueno, con tal de recordar esos años, creo que merece la pena.
Preparáos, porque la semana que vien, en Momentos Entrañables Bérriz: Las relajaciones. Habrá que no sepa de qué hablo, pero me sé de más de uno que lo conoce muy, muy bien :D
Nos vemos pronto
Ah, se me olvidaba, aquí está la foto, persona anónima:

  viernes, abril 15, 2005

Abuelita, ¿por qué tienes los ojos tan grandes?



Ayer por la tarde fui al oftalmólogo, y no se les ocurrió otra cosa que dilatarme las pupilas. Me siento como un personaje manga. Esta mañana me he despertado y aún me dura, por lo que no puedo enfocar bien, pero poco a poco se me va pasando, así que dadme medio día y me pongo con la web.

  miércoles, abril 13, 2005

Unidos por el Bérriz


Ya está ilustrada la crónica del portero, gracias a nuestro enviado especial Ignacio. Echadle un ojo. Me piro a ver Aquí no hay quien Viva. Taluego.

  domingo, abril 10, 2005

Catalogando la realidad

¿No os habéis llevado una decepción al descubrir lo que era esa puñetera M que salía en todas partes? Casi un mes de intriga, y la M por todas partes. ¡Si hasta aparecía en los titulares de los periódicos, colándose en las palabras con M! Y luego resulta que es algo tan común y utilizado como Movistar. Pues vaya.
Veo que la crónica sobre el portero gilipollas ha gustado. En cuanto tenga las fotos, la ilustraré. Esta semana he hecho dos descubrimientos importantes.
El primero. Estábamos en clase de Documentación Informativa, y la profesora nos trae unos DVD para catalogarlos (un coñazo). Mientras los repartía, pude ver Buscando a Nemo, El Rey León, algunas conocidas. Pero a nuestro grupo nos dio esto. Preparáos porque es duro.


¿Os habéis recuperado? Creo que es mi deber compartir este glorioso descubrimiento con vosotros. El Duque no debe permanecer en el anonimato.
Si el cartel ya os ha dejado fuera de combate debríais leer la sinopsis. El DVD en cuestión te venía de regalo con la revista Tiempo, y según la profesora no era un telefilme, sino que fue al cine. Desde luego, el mundo es de los valientes. Imaginaos catalogar semejante...cosa. Muchas risas.
El segundo descubrimiento lo hice el jueves en la Biblioteca Nacional. Tuve que levantarme muy pronto (recordemos que para mí el jueves es un sábado)para hacer un trabajo en la hemeroteca, y descubrí el microfilm. Sí, el microfilm, esa cosa que nadie sabe muy bien qué es, y que yo pensé que era un invento de las películas de James Bond. Pues resulta que los períodicos muy antiguos los tienen (algunos, como la Vanguardia)en microfilm. Y es bastante curioso, nunca pensé que usaría un lector de microfilms. Es una mezcla entre ordenador, ruleta de la fortuna y microscopio. Siempre se aprende algo, y ese día, aprendí a leer microfilms. Lo que es la vida. Por cierto, que para consultar la hemeroteca tienes que pasar unos controles que parece que entras en una cámara acorazada. Hubo gente que hasta la registraron al salir.
Como nu tuve Internet, no pude crear la sección de Entrañables Momentos Bérriz. Lo siento Miguel, el jueves que viene.
Nos vemos otro día. Hasta luego.
P.D: ¡Se me olvidaba!He mirado el correo esta mañana y,¡milagro!, ¡he ganado por fin una subasta de Ebay! No me lo puedo creer. Que ilusión :)

  sábado, abril 09, 2005

Telefónica: ni con ella ni sin ella

Hola a todos. Siento haber dejado descolgada la web durante una semana entera, pero no soy yo, es ese ente llamado Telefónica el que frustra mi navegación. Como no tuve bastante con el troyano de hace unas semanas, Telefónica decidió dejarme sin línea. Obviamente, también sin ADSL. Llamo al Servicio Técnico.


¿Quién no se ha visto así alguna vez en su vida?¿Quién?

Van y me dicen que llame a la central, porque Telefónica ya no tiene ADSL. Lo flipas. Ya es que ni me alteré ni nada. Obviamente, se había metido algo el chico, porque como veréis es mentira. El caso es que están toqueteando por aquí y por allá, y por eso da problemas. Hay gente de la zona que aún ni tiene Internet por culpa de esta gente. Al final vino un tío muy majo, reseteó el router y ya está, Internet. Por cierto, me contó una exclusiva: van a volver a duplicar el ADSL, hasta 1 mega. A lo mejor no es una exclusiva, pero yo no lo sabía, y me hizo ilusión.

Mañana por la mañana os hago un resumen de la semana, porque si lo hago ahora me saldría un post más largo que un día sin pan.
Como despedida os pongo un link que descubrí el lunes (o el martes, no sé ni lo que comí ayer me voy a acordar de eso). Si queréis saber de donde sale esta colección de nerds, geeks y demás gilipollas, gente rara e inadaptada, daos una vuelta por Frikilinks. Esta gente no debe tener ni amigos ni perro que les ladre (aunque algunos elegidos se hagan famosos debido a su carismático patetismo friki, y hasta ganan dinero). Os recomiendo encarecidamente el del tío que si es más tonto no nace y el de los Atari Geeks (este es tremendo, no os lo perdáis)
Que la Fuerza os acompañe.

  lunes, abril 04, 2005

Pues va a ser que non...

Una desgarradora historia basada (pero mucho) en hechos reales.
Hola a todos. En este post voy a relataros la injusticia a la que me vi sometido el pasado viernes 1 de abril, que pone en evidencia que el estereotipo del portero de discoteca estúpido es verídico y terroríficamente cercano. Todo ocurrió por la noche. Habíamos hecho una macroreunión de acólitos Bérriz para reencontrarnos, ver cómo nos había tratado la vida y rememorar las anécdotas de siempre, que no por ello te ríes menos. Después de comer en el FrescCo, nos dirijimos al local donde pensábamos pasar la noche. Un local muy fashion llamado Barnon, célebre por ser sitio de paso de todo tipo de famoseo (el de verdad y el Belén Esteban). Pues esto que vamos, una legión de 30 personas instruidas en las aulas de Molino de la Hoz, y nos plantamos en la puerta, flyer en mano. Aquí os muestro el flyer, para que veais que esto no es un desvarío de los míos.



La puerta estaba hasta los topes, por lo que supongo que el Barnon debía estar hasta los topes, cosa normal. Se me ha olvidado decir, y es fundamental, que el día anterior, un peluquero con escaso talento me practicó un corte de pelo algo polémico. Vamos, que de pelo me dejó poco. Quién me iba a decir a mí cuando os lo contaba hace un par de posts que las consecuencias se iban a extender a la noche madrileña.
Volvemos al Barnon. Cuando por fin llegamos a la entrada misma, cuando íbamos a entrar después de unos minutos de indecisión general, ocurre el desastre. Ese ser, oveja negra de la familia de día, portero sin cerebro de noche, hace honor a la fama que tiene este colectivo, y me dice muy satisfecho que así no puedo pasar.


El energúmeno en cuestión

Después de un par de segundos, le pregunto que por qué, y me suelta que con ese pelo no puedo pasar.

Vamos a veeeeer. Que los que me conocen saben que no me dedico a hacer limpia madrid, que no soy ningún nazi ni me dedico a apalear mendigos. Que nooo. Lo primero que le digo es algo arriesgado, pero de sentido común:
-...Pero si tengo el mismo pelo que tú.
Flipante. El maromo estaba totalmente rapado por los bordes y tenía aún menos pelo que yo en el resto de su simiesco cráneo.


He aquí la prueba amigos.

Aún no dispongo de evidencias gráficas, pero Ignacio pudo realizar varias fotos al tipejo, y en breve aparecerán aquí. (12-4-05:Como podéis ver, ya dispongo de ellas :) El tío, hinchándose de orgullo, me suelta que ya, pero que el trabaja aquí, y puede. No quise entrar al trapo, porque igual me mata y eso, pero seguro que su familia está tan orgullosa como él (o más) de lo lejos que ha llegado. Intento convencerle otra vez.

Pero da igual. Este pobre miserable, que se ha dejado toda la materia gris en los bíceps, pone en marcha los resortes de su cerebro, diminuto cerebro de portero, y llega a la conclusión de que no puedo entrar.

Pobre cerebro, no puede pensar, ¡es un profesional!

Le digo que yo no tengo la culpa, que a mí tampoco me convence el corte de pelo, pero a él le daba igual. En su primitivo intelecto figuraban premisas muy sencillas, introducidas por algún mindundi, y malinterpretadas por este estúpido sujeto, uno de tantos ejemplares del gremio de porteros que, ahora lo veo, claro, es como se le presenta: limitado, hipermusculado, que no da para más.
Tras hablar con él e intentar convencerle de que me dejara pasar, llegué a la conclusión de que no había nada que hacer. El muy gilipollas no me iba a dejar pasar dijera lo que dijera. Me quité el forro polar, para que viera que no soy de Al Qaeda, y le dije que no entendía qué tenía que ver el corte de pelo con poder entrar. El tío va y me dice que es que no puede hacer que lo entienda. Pobre hombre, si cuando el cerebro dice basta, es que es basta. Todo frustrao, me vuelvo atrás y les digo a todos que no me dejan entrar. Después de bastantes muestras de apoyo de mis queridos compañeros y amigos, algunas personas intentan hablar con el puerta para intentar convencerle. Aunque les dije que entraran sin mí, que no se iban a quedar fuera 30 personas porque yo no pudiera entrar, ellos siguieron insistiendo, hasta que finalmente nos fuimos a otro sitio. Gracias a todos por vuestro apoyo, eso sí que es amistad. Se me ocurren ahora muchos nombres, pero sé que prácticamente todos os solidarizasteis con esta injusticia. Muchas gracias a todos, de verdad, sois unos colegas.
Después de un rato de intentos fracasados, la solidaridad popular hizo que diéramos media vuelta y fuéramos al Balcón de Rosales, donde la música era muy mejorable pero por lo menos nos libramos del diluvio que cayó fuera. Y me dejaron entrar, que no es poco :D
En general estuvo muy bien, los efectos de la afonía aún me duran.
Un saludo a todos, y recordad: ahí fuera acechan porteros sin intelecto, gente peligrosa y de nula capacidad de raciocinio que pueden negaros la entrada aunque pierdan 30 clientes. Andaros con ojo, y controlad a vuestro peluquero.

  sábado, abril 02, 2005


Afónico y cansado
 


Sistema Anoat
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